El Impuesto sobre Sociedades se atasca y es el único tributo que aún aporta a las arcas estatales menos de lo que ingresaba en 2007, antes del estallido de la gran crisis económica.
La Agencia Tributaria cerró el ejercicio 2024 con una recaudación gracias al impuesto de Sociedades (el que grava las ganancias de las empresas, como el IRPF grava las de las personas) de 39.096 millones de euros, según refleja en su Informe Anual de Recaudación del año pasado. La cifra, aún se mantiene 5.700 millones de euros por debajo de los 44.823 millones de euros que ingresó el fisco en 2007 por este mismo tributo.
Mientras el número de empresas se mantiene ya en niveles similares a los de la burbuja (casi 3,3 millones), el tipo general del impuesto estaba tanto en 2007 como en 2024 en el 25% y las grandes compañías españolas obtuvieron unos beneficios de 64.349 el año pasado, hasta un 60% más de lo que ganaron en la época del boom, el único motivo que explica la menor recaudación es la reducción de la base imponible (importe final por el que tributan las compañías) tras aplicarle deducciones e incentivos fiscales.
Así lo concluye el Observatorio Fiscal de la Unión Europea en el informe ‘Disminución de los tipos impositivos efectivos de las multinacionales: el papel oculto de las reformas de la base imponible’, publicado este mes de abril.
El documento concluye que a pesar de que el tipo general del impuesto se mantenga alto (en el caso de España en ese 25%), el tipo real (o efectivo) que acaban pagando las grandes compañías es mucho menos, ya que los distintos gobiernos de la UE han introducido en los últimos años varias reformas fiscales que han reducido la tributación de las empresas.
Deducciones fiscales
Entre estas reformas, destaca el documento, el grueso de países, y efectivamente así es también en el caso de España, han aprobado deducciones por realizar inversiones, por llevar a cabo actividades en I+D+i, por las ganancias obtenidas por la propiedad intelectual (en el cine, en nuestro caso) o para compensar las pérdidas (en España, limitadas hasta el 50% para las grandes empresas).
Concretamente, las empresas en el ámbito doméstico también pueden aplicar deducciones por dividendos cobrados en el extranjero, si se dedican al alquiler de inmuebles; si fomentan la creación de empleo, si son pymes, microempresas o compañías de nueva creación, o si se sitúan en zonas como Baleares, Canarias, Ceuta o Melilla.
El informe concluye que los países de la UE han realizado entre 2014 y 2022 un total de 250 reformas que han recortado la base imponible por la que tributan las compañías, dejando de ingresar más de 16.000 millones de euros. De hecho, el tipo efectivo (real) medio al que pagan las compañías se ha reducido del 20,8% de 2014 al 18,1% de 2022.
La recaudación por el impuesto de Sociedades en 2007 marcó entonces una cifra récord que aún no se ha alcanzado. Entonces, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), había en España 3,33 millones de empresas. Una cifra muy similar a la que hay en la actualidad, ya que a cierre de 2023, según el INE, había 3,25 millones de sociedades en nuestro país.
Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y la llegada de la crisis, la recaudación por este impuesto bajó de forma drástica al año siguiente: el fisco solo recaudó 27.300 millones de euros en 2018, hasta un 47% menos. La cifra comenzó a caer año tras año hasta que recuperó la senda del crecimiento en 2015 (solo truncada en 2020 por la pandemia).
Resto de tasas
La recaudación del fisco por el IRPF lleva ya siete años consecutivos marcando récord histórico. Hacienda percibió el año pasado 129.408 millones de euros por este impuesto (el que más ingresos le reporta), un 7,5% más que en 2023. El motivo, la subida de sueldos y pensiones por la inflación y las mayores rentas percibidas por depósitos, dividendos y fondos de inversión. La recaudación del IVA se situó en los 90.541 millones, un 8% más que en 2023, y también récord.
Fuente: El Economista