La desaparición de la golden visa (visado dorado) el pasado mes de abril deja a los extranjeros con altos patrimonios sin opciones fiscalmente atractivas para entrar a invertir en nuestro país.

Estos ciudadanos están optando por acogerse al visado de nómada digital, es decir, por entrar a España como teletrabajadores, sin que las características de este régimen terminen de convencerles ya que, aunque pueden usarlo para estar menos de 183 días en nuestro país (umbral a partir del cual se convierten en residentes fiscales y tributan aquí), para renovarlo, deben pasar al menos un año.

Aunque estos extranjeros pueden acogerse a la Ley Beckham, que les permite pagar solo un 24% por los ingresos que tengan en nuestro país hasta un límite de 600.000 euros, este beneficio solo se mantiene por cinco años, mientras que la golden visa les permitía prorrogar cada cinco años el visado, sin límite de renovaciones y sin necesidad de pasar más de 183 días en España. Bastaba con hacer una inversión en vivienda, depósitos bancarios, acciones en empresas nacionales o deuda española y visitar ocasionalmente el país para renovar la residencia.

Xavier Requejo, consultor senior de inmigración e inversión en Emergia Partner, explica que los altos patrimonios están optando principalmente por el visado de nómada digital como vía alternativa de entrada a España.

Para poder obtener este visado, los ciudadanos deben venir a teletrabajar para una compañía extranjera, tener un salario de entre 40.000 euros y 150.000 euros al año y contar con un graduado en universidades o escuelas de reconocido prestigio. Requejo señala que en la actualidad hay tres tipos de visados para inmigrantes de alto valor que son el de inversor o emprendedor, el no lucrativo y el de nómada digital. Aunque para este tipo de ciudadanos que entran a invertir, les correspondería el visado de emprendedores, el experto señala que la Administración está siendo muy restrictiva a la hora de concederlos porque exigen condiciones muy improbables, como tener premios europeos. El visado no lucrativo, por su parte, está ideado para jubilados o turistas de alto valor adquisitivo, pero que están de retirada del mercado inversor.

Por tanto, Requejo asevera que el visado de nómada digital es el que «los inversores están usando como vía de entrada cuando deciden residir en España, incluso por encima del visado de inversor dadas las dificultades que plantea esa opción, convirtiéndose en emprendedores con el visado de nómada digital y creando empresas una vez establecidos en España». No obstante, advierte que la condición para renovar estos visados es pasar más de 183 días en España y, por tanto, convertirse en residente fiscal en nuestro país. «El hecho de convertir a los potenciales inversores en residentes fiscales al vivir en España durante más de la mitad del año supone un desincentivo», dice.

Por su parte, Nuria Estévez, asociada del área fiscal y tributaria en Lener Abogados y especializada en Private Clients (clientes privados), explica que, desde una perspectiva técnica, el problema no es tanto convertirse en residente fiscal en España, sino hacerlo sin una planificación adecuada. «En muchos casos existen estructuras válidas para evitar dobles imposiciones, ordenar el patrimonio internacional y optimizar la carga fiscal. El verdadero problema es que, con el actual contexto normativo, España está perdiendo a esos inversores antes incluso de que puedan sentarse a estudiar estas alternativas», apunta.

Estévez advierte que muchos inversores descartan España incluso antes de analizar su caso concreto, simplemente por no querer convertirse en residentes fiscales. Indica que existe una percepción muy extendida de que el sistema fiscal español es especialmente exigente con múltiples figuras impositivas como el Impuesto sobre el Patrimonio y una elevada litigiosidad. «Además del impacto normativo, hay un factor psicológico muy relevante: muchos extranjeros perciben que el control tributario en España sobre el contribuyente internacional es especialmente intenso», asevera.

Según la experta de Lener, el fin de la golden visa se vendió con un argumento social vinculado al acceso a la vivienda, pero en la práctica tiene un impacto directo en la pérdida de inversión extranjera. «Desde un punto de vista económico y fiscal, el peso de estas operaciones dentro del conjunto del mercado inmobiliario era claramente marginal», indica. Al respecto, según Xavier Requejo, las compras de viviendas de las personas con golden visa eran menor del 0,5% del total. Sin embargo, apunta Estévez, su impacto en la atracción de capital extranjero, inversión empresarial, estructuras patrimoniales y recaudación fiscal era muy relevante.

Latinoamérica, EEUU y Reino Unido
Los altos patrimonios de fuera de la UE más interesados en entrar a España proceden de países de Latinoamérica, además de EEUU y Reino Unido, según explica Nuria Estévez, del área fiscal y tributaria de Lener. Dentro de la UE, los ciudadanos más interesados en nuestro país son de Países Bajos, Alemania y Francia. No obstante, la experta indica que, tras el fin de la ‘golden visa’, estos patrimonios que venían uno o dos años a nuestro país a vivir la experiencia a cambio de invertir, están optando por países como Portugal e Italia que tienen sistemas fiscales más laxos para atraer inversión extranjera.

Fuente: El Economista